Verónica Velasco Barthel. “Notas del Ganges”

En esta serie de fotografías tomadas en la primavera del 2015, a lo largo de mi recorrido por algunas poblaciones bañadas por el Ganges, he querido captar la vida cotidiana, la cadencia del día a día de sus habitantes en ese gran reino de la convivencia que es la India, llena de contrastes y contradicciones, donde los tópicos se amontonan tanto como la población. Una inmensa variedad de tipos humanos que no deja de reinventarse cada día para esbozar una sociedad compleja, viva y efervescente. Un país que, como escribe Álvaro Enterría, nos ofrece y nos exige sin tregua.

Lo eterno y lo sagrado se codean con la innovación, y la tradición milenaria con la modernidad; mientras la fe empapa los pequeños gestos y los grandes anhelos de cada persona.

La fuente más lejana del Rio sagrado, se encuentra en el glaciar Gangotri, pero es a su paso por Devprayag, donde se unen los ríos Bhagirathi y Alaknanda, cuando el Ganges toma su nombre. Desde el amanecer a la caída del sol, marcados ambos por la oración del Araati frente al rio sagrado, millones de indios veneran a “la diosa-madre Ganga”, protagonista de la vida y de la muerte y reflejo armónico del cosmos, así como liberador de reencarnaciones a su paso por Benarés.

Varios de los lugares más sagrados del planeta están tejidos en su cauce: desde la apacible población de Haridwar, que se transforma cada tres años para acoger a los 70 millones de peregrinos que celebran la Kumbha Mela; hasta la grandiosa y fascinante Varanasi, una ciudad casi onírica. Crisol por antonomasia en el que se funden sus mil doscientos cuarenta millones habitantes imbuidos de fe.  Más al norte, Rishikesh, capital mundial del yoga, que sin ser un lugar de culto ofrece un silencio y un recogimiento que en un país atronador tienen en sí mismo un valor sagrado. Quizás porque las imponentes estribaciones del Himalaya que la rodean devuelven el eco del OM, esa vibración, principio de todos los mantras, que surgió del cosmos y nos devuelve a él. Allí acudieron los Beatles en 1968 para practicar meditación trascendental, de la mano de Maharishi Mahesh Yogi; retiro que les sirvió de inspiración para componer casi todos los temas que formarían el “White Album”, y algunos más que aparecerían en “Abbey Road”.

Mostrar a estas alturas la India en blanco y negro puede parecer absurdo, pues su color, como los olores y sonidos que manan de ella son parte de su exuberante identidad. Pero fiel a mi mirada no podría hacerlo de otro modo. A veces estoy dentro de la escena, otras miro desde fuera apropiándome de las imágenes que conforman mi universo. El protagonista de mi trabajo es el ser humano y su condición. La objetividad mi vehículo. La emoción mi anhelo. Seducida por ese mundo lleno de fuerza inicié mi trayecto en solitario, libre, confiada, sintiéndome una parte más de todo ello para contar, sin filtros y con respeto, esta realidad fascinante de doble filo.

 

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Organiza: Real Sociedad Fotográfica
Coordina: Angélica Suela de la Llave
Comisarios: Angélica Suela de la Llave
Lugar: Sala de Exposiciones de la Real Sociedad Fotográfica
Direccion: Tres Peces nº 2, 28012 Madrid
Horario: Martes a viernes de 18:30 a 21:30 h. Sábados de 11:00 a 14:00 h. Domingos, lunes y festivos cerrado.
Fecha: Del 16 de febrero al 11 de marzo de 2017.
Tarifa: Gratuito
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