Roger Ballen

Texto: Beatriz Acinas Villanueva

      Fotografías:  Ricardo Garrido

Llega a su hotel a las siete menos cuarto de la tarde con signos de cansancio de todo el día, un día de junio de mucho calor en Madrid. Ha venido a presentar su último libro en el marco de PhotoEspaña, titulado Boarding House”.

Trae sus maletas y un bártulo muy pesado, una especie de ventana con rejas que ha utilizado para las sesiones de fotos con sus alumnos del taller que ha impartido,  dentro del programa Campus PHE Grandes Maestros en Alcalá de Henares.

Roger Ballen ha desarrollado una carrera independiente, valiente y muy personal. Cada una de sus fotografías contiene la magia de la creación de un mundo propio. No se pueden resumir, ni definir en pocas ni en muchas palabras. Hay que verlas y atreverse a sentir. Su estilo es inconfundible.

Nacido en Nueva York hace 59 años, vive en Sudáfrica desde hace casi treinta, país que le ha inspirado profundamente. Ha fotografiado sus entrañas, las regiones rurales más remotas y sus gentes, reflejado en sus trabajos “Small towns of South África” (1986) y “Images of rural South África” (1994-95). Luego llegó “Cette Afrique – là”.

Su trabajo “Outland” (2001) recibe numerosos premios, como el premio Libro de fotografía del Año que le otorgó PhotoEspaña. Las fotografías de su siguiente obra “Shadow Chamber” (2005) han sido expuestas en más de cuarenta lugares del mundo. Su obra se incluye en las colecciones de prestigiosos museos e instituciones internacionales.

Antes de su próximo compromiso profesional, la firma de su último libro, tiene sólo unos tres cuartos de hora de tiempo libre, pero está dispuesto a compartirlos con la Real Sociedad Fotográfica.

Nos ofrece la alternativa de  realizar la entrevista en su habitación. Se sienta en la cama. Ponte todo lo cómodo lo quieras, le digo. Se descalza, se tumba en unos almohadones en una postura relajada y cómoda. Ésta es la entrevista ideal, dice con una sonrisa.

 

 

Viendo sus fotos lo primero que se me ocurre es preguntarle qué tiene usted en la cabeza, y quien es usted. ¿Es usted las personas o personajes que crea y que vemos en sus fotos?

Estoy hecho de tantas cosas… Es difícil de decir. Cualquier persona que haga fotos se está expresando de alguna manera. El tema está en hasta dónde llega esa foto. ¿Cómo medir cuánto hay de ti y cuánto es algo más? Al final del día, las fotografías que he hecho son un reflejo de mi mente. Cuando alguien me dice: ¿Qué es “Boarding House”? Simplemente le digo que “Boarding House” es el libro, eso es lo que es. Si lo hubiera hecho cinco años antes sería otro “Boarding house” diferente. Lo que ves es la manera en que veo el mundo a través de la cámara. Mi manera de trabajar es mi manera de estar en el mundo.

Usted ha dicho: “La cámara es en último término un espejo del interior de cada uno, hay mucho que ver y encontrar”. ¿Qué ha encontrado usted?

No es fácil poner palabras a lo que encuentras, si lo fuera no lo haría más. Creo que uno encuentra mucho misterio, no necesariamente hechos. Las buenas fotografías normalmente cuentan algo que puede resumirse en muy pocas palabras. Es todo visual, no hay comentarios verbales, es muy difícil hablar sobre ellas. Su significado está expresado en otro lenguaje.

Para ser sincero contigo, yo normalmente no trato de averiguar sobre qué tratan las fotografías,  de qué van,  son lo que son, tratan sobre lo que tratan, no intento ponerles palabras.  Es la pregunta más difícil que se le podría preguntar al alguien. Tú de qué tratas (What are you about?),  ¿Qué podrías contestar?  Nada,  porque no lo sabes…

Es un fiel defensor de la fotografía metafórica. Usted ha dicho: “En la fotografía lo que ves y lo que sientes no es lo mismo, tampoco lo que ves y lo que crees ver”. ¿No espera  despertar  una reacción y sentimientos concretos hacia su trabajo, por ejemplo hacia el último, Boarding House?

Las fotografías pueden significar muchas cosas diferentes para personas muy distintas y son algo muy complejo difícil traducir en palabras, yo tampoco soy capaz de hacerlo por mi mismo a veces.

 

Mi trabajo tiene una orientación muy psicológica. La gente mira mis fotos con detenimiento y un comentario común es que tratan sobre la oscuridad. Mi comentario es que para poder ver la luz necesitas entender la oscuridad, así que si ves oscuridad y las fotos te están de alguna manera molestando, probablemente sea algo bueno.

Y si usted viera, bueno, yo he visto a alguien sonreír o incluso reírse mientras veía sus fotos.

A mi me parece que eso puede tener gracia.

¿Si? ¿Le parece bien?

Si, cualquier cosa me parece bien, No me importa lo que cierta gente piense o diga. Hay gente que dice una cosa y siente otra, así que quien sabe.

¿Entonces no tiene un propósito concreto cuando las hace?

No, no hago fotos con un propósito, las hago para mí, no estoy ahí para hacer declaraciones políticas, mi trabajo es puramente psicológico. No hago fotos para cambiar el mundo, para mostrar lo bueno que hubiera podido ser. Hago fotos para mostrar el reflejo de mi mismo.

¿Piensa que a la gente que no le gusta su trabajo es porque no le gustan las verdades incómodas?

Si, normalmente ese es el problema. Lo encuentran amenazador.

Pero dice usted que sus fotografías no tienen por qué ser la representación del lado más oscuro de uno. ¿Rechaza la idea de que sus fotografías son tristes o dolorosas?

Creo que pueden aportar mucha energía e inspiración, plenitud y mucha amplitud en estos aspectos. La parte oscura a la que te refieres puede proveerte de todo eso, y no tiene por qué ser necesariamente depresiva, inquietante u oscura. Estos aspectos pueden hacerte ser creativo.

Yo no voy y digo que quiero crear fotos que sean divertidas, tristes o extrañas, simplemente hago fotos que me vienen y luego lo pongo todo junto. Digamos que yo fuera un pájaro. Un pájaro sigue construyendo su nido, una y otra vez, no se plantea “lo voy a hacer así”, redondo o de esta otra forma, simplemente lo hace.

Creo que es un engaño dividir la vida sólo en dos partes, la luz y la oscuridad.

¿En la vida funciona todo junto?

Por supuesto, la vida es arriba y abajo, las cosas ocurren, piensas que son buenas y luego se vuelven malas, las cosas que empiezan pareciendo malas luego pueden girar y quizá se vuelven buenas.

Puedes convertir una cosa mala en buena, pero, ¿qué quieres decir con bueno? En fin, luego envejeces y mueres, si tienes suerte.

¿Le gusta Francis Bacon? Sería posible sentir cosas similares viendo sus cuadros y las fotografías de usted.

Sí,  me gusta muchísimo su trabajo. Coincidimos en ciertos aspectos, vemos la condición humana como un activo en nuestro trabajo.

¿Usted cree que a través de su trabajo ahora sabe más acerca de la condición humana?

No, definitivamente.

Pero ha debido de aprender mucho durante su carrera, sus viajes…

Si,  cuando era un hombre joven de veintitantos, cuando viajé cinco años por el mundo y ganaba poco dinero, aprendí mucho sobre la condición humana, todavía aprendo y aún me sorprendo pero cada vez estoy menos sorprendido, menos y menos…. Yo no diría que la condición humana es buena, desearía decirlo. No diría que soy un pesimista pero no confío en la bondad por naturaleza de la humanidad.

¿Por qué no?

¿Y por qué si? Eso es lo que queremos pensar pero no es verdad, bueno, no diría que no es verdad, es mi punto de vista, no creo que seamos buenos simplemente porque seamos humanos.

Pero usted ha estado en contacto con niños, les ha fotografiado, ¿ellos no muestran sentimientos más puros?

No, los bebés de serpiente o los cachorros de tigre también son monos. Eso forma parte de la naturaleza, la naturaleza no es tan estúpida, hace las cosas de la manera que son con un propósito.

Mirando a mi alrededor por las calles de Madrid, viendo gente, caras, situaciones… me sorprendí cuando descubrí que quizá hay mucha gente que a usted le gustaría fotografiar. Me pregunto si sus fotos muestran normalidad o anormalidad

En mi último libro “Boarding House” hay solo tres caras, ya no hago tantos retratos. Pero hoy mismo decía en clase: encuentras una persona en Madrid, en Sudáfrica, y la persona sólo es el cinco por ciento de la foto, solo estás a una distancia de conseguirlo, no se trata solo de encontrar a la persona. Vas, la buscas, la encuentras, y ¿qué haces? ¿qué es lo siguiente? Ese es el problema, no se trata solo de encontrar una persona a la que fotografiar, se trata de crear un mundo, eso es lo verdaderamente importante. Me habías preguntado algo más…

¿Sus fotos muestran normalidad o anormalidad?

 

Tenemos que ser muy cuidadosos con estas dos palabras. Yo no tengo ni idea de lo que significan La sociedad se basa en juicios de valor. La mayoría de los juicios que hace la gente sobre la normalidad se basan en el pensamiento social y están persuadidos por la política de su país, por los gobiernos y las grandes instituciones económicas.

Por ejemplo, ¿es normal tomar las costas y construir viviendas en ellas? Son ejemplos simples, pero, ¿es normal gastar cantidades enormes del presupuesto en aviones militares? Es un tema complejo.

A muchos les gustaría oírme contestar que la gente que sale en mis fotografías es muy anormal, así sería más fácil clasificar mi trabajo. Pero mi trabajo trata sobre la mente humana, los aspectos más profundos de la mente humana, y eso no es tan fácil de manejar.

¿Cómo haría un retrato de sí mismo?

Cuando hago fotos de mí mismo no concibo la foto antes de llegar al lugar donde la haré.  La esencia de la fotografía es algo que no puedes retener, cada vez que haces una foto es diferente. Tienes que captar ese momento en un lugar particular, y hay muchos instantes, hay muchas partes de la fotografía que se aúnan en un solo instante, por eso es muy difícil decir como haría una foto de mi mismo. Además, transformaría el lugar.

Hay una gran diferencia entre fotografiar la realidad y la manera que percibimos la realidad fuera de la cámara.  La cámara no saca la realidad como la vemos o sentimos, ese es el mayor problema en fotografía, la mayoría de la gente dice que pone sus emociones en la cámara, pero la cámara no tiene emociones.

La composición de sus fotografías está extremadamente cuidada. Cadaelemento habla por si solo, cuida cada detalle. ¿Pero el arte  puede ser algo espontáneo?

Mis fotos son espontáneas. La mayoría de las fotos alcanzan su esencia antes de que puedas pestañear y tienen algo espontáneo. Si las miras después de un tiempo, ves relaciones y cosas que no habías visto antes, de las que no te habías percatado, y cuando las vuelvas a ver encontrarás cosas que no ves ahora, así que también es en sí una relación espontánea.

Ese es el truco de la fotografía, si la foto está tan bien compuesta que todo es presentado de una sola vez, más adelante seguirás descubriendo cosas nuevas sobre ella.

¿Cuánto tiempo le lleva el proceso mental de pensar como será y que elementos tendrá en una fotografía?

Llevo pensado en ello como unos 59 años (se ríe). La inspiración, las fotos pueden venir del lugar en el que estaba cuando me encontraba en la tripa de mi madre, quién sabe.

Su manera de planificar la puesta en escena al milímetro recuerda a los directores de cine, ¿le gusta mucho el cine?

Me gusta mucho el cine pero desafortunadamente en Sudáfrica hay muy pocas grandes películas, hice unas pocas, solía saber todo sobre el cine, pero después de mudarme a allí tengo muy pocas oportunidades de ver buen cine, así que perdí el interés en general.

¿Existe alguien especial a quien le gustaría fotografiar?

No, a nadie,

¿Quizá alguien famoso? 

Sería el menos interesado en eso. Simplemente me gusta hacer fotografías.

Muchos actores y modelos de prestigio internacional empiezan a quejarse del photoshop que les hace parecer tan perfectos, y por otro lado, hay fotógrafos que opinan que su obra pierde valor porque se da por hecho su utilización en cada trabajo. ¿Qué opinión le merece a usted esta cuestión?

No me importa lo que pueda ayudar a la gente a conseguir lo que sea, lo único que importa es el resultado, no me importa cómo lo hagan. Si el modelo no funciona para la foto tampoco funcionará el photoshop, ni de ninguna manera. Todavía hay que trabajar con la imaginación y conceptualizar, organizar y considerar todo lo que uno hace.

Hay una frase que dice que nuestra imaginación no es mejor que la realidad. Hay más verdad en la realidad que en un ordenador. La mayoría de la gente está muy presionada para crear fotografías muy poderosas simplemente desde el punto de vista de estar sentados frente a un ordenador.

¿Usted lo usa o lo ha utilizado alguna vez?

No, yo trabajo con negativo, escaneo la película cuando por ejemplo una galería quiere algunas fotos mías, hago una impresión digital escaneada del negativo, pero solo vendo silver prints. Mi trabajo no está en absoluto manipulado.

¿Podría usted dar algún consejo a los jóvenes de la Real Sociedad Fotográfica que inician actualmente su trayectoria en el mundo de la fotografía?

Lo que les digo es que sea lo que sea que hagan, que trabajen duro, sean comprometidos, organizados, que sigan una firme disciplina en su trabajo, que entiendan y sientan bien, y que lleguen a conocer bien lo que sea que hagan en la vida.

¿Alguien que comience ahora debería considerar comenzar su formación con negativo o simplemente empezar con la fotografía digital?

Yo creo que mejor con negativo, mejor trabajar con tus manos, llegar a conocerlo por ti mismo, interactuar y tener una base más física de la fotografía. Es probablemente mejor que empezar con digital, pero también sé que esos días se han terminado. El negativo es más caro, el trabajo es más duro. Los caminos tradicionales del aprendizaje no son necesarios para todo el mundo. Quizá sea el mejor modo de enseñar… pero realmente cada uno tiene que encontrar su propio camino.

¿Es imprescindible que su obra sea reconocible si quieren tener una carrera?

Si te quieres convertir en un artista y famoso fotógrafo, lo más importante es ser reconocible, crear una nueva sensación exclusiva en el mundo… Es extremadamente difícil conseguirlo. Picasso, Goya, crearon cosas que no existían antes, por eso son tan famosos y buenos artistas, porque crearon un mundo. Por eso la mayoría de los artistas no triunfan, porque no consiguen crear un mundo con un significado propio.

¿Por qué tiene esa necesidad del blanco y negro?

Empecé y siempre he trabajado en blanco y negro. Me encanta, veo el mundo fotográfico en blanco y negro. No soy muy fan del color, no encaja con la manera en que quiero fotografiar, así que no veo por qué hacerlo. Para mí el blanco y negro es muy minimalista, y mis fotos son muy minimalistas. Trabajo con el sentido de los lugares, de las texturas, los tonos, y todo se traslada y relaciona muy bien través del blanco y negro. Mis fotos son inseparables del hecho de que son en blanco y negro.

¿Cuándo se centró usted y decidió hacer un trabajo tan reconocible? Quizá después de su obra “Small Towns of South Africa”?

Simplemente fui tirando, no decidí nada por el camino. Así es como todavía lo hago, sigo trabajando como una máquina,  y lo que  sale es lo que sale.

¿Pero alguna vez ha sentido la presión de hacer lo que se espera que usted haga?

No, nunca he sentido eso, siempre he tenido una carrera independiente.

Sé que no acepta usted encargos.

No hago fotografía profesional, sólo he hecho lo que quería hacer, y voy a continuar por ese camino. No me interesa, nunca lo hice por el dinero, sólo lo hago porque disfruto, y siempre ha sido mi manera de operar.

Tiene usted mucha suerte porque de hecho vive de su trabajo como fotógrafo.

Si, lo sé. Trabajé duro como geólogo durante treinta años, y fui capaz de compaginar ambas cosas.

¿Y si alguien como Obama le encargara un retrato lo haría o no?

Sólo bajo mis condiciones. Hace un par de años el New York Times me llamó para una sesión de moda, y puse mis condiciones de trabajo. Es una anécdota que cuento muchas veces, y la verdad es que no creo que obtenga otro trabajo de ellos, me lo ofrecieron una sola vez (entre risas).

¿Su madre, Adrienne Ballen, editora de la agencia Magnum, fue también una inspiración en la vida, aparte de los grandes fotógrafos de los que estuvo rodeado desde que era pequeño?

No diría que era una inspiración, ella me proporcionó el ambiente para aprender fotografía.

Creció rodeado de fotógrafos y finalmente es uno de ellos, ¿por qué estudió primero la carrera de geología en Berckey?

Me gusta estar en la naturaleza y odio la fotografía comercial. Bueno, no la odio pero no estoy nada interesado…

Roger Ballen se incorpora en su cama, se disculpa. “Quiero llegar a tiempo a la firma de libros, no sé como estará el tráfico y no quiero llegar tarde. Pero sigue hablando mientras me preparo,  sigue hablando”.

El tiempo se ha esfumado sin darnos cuenta, pero él está dispuesto a contestar a mis preguntas mientras se asea, se pone los zapatos y se mete la camisa por dentro del pantalón.

¿Qué es lo próximo en su futuro como fotógrafo?

Estoy preparando dos libros y muchas exposiciones. Uno de ellos es sobre pájaros y en el otro aparecen sobre todo dibujos y pinturas.

Ya está preparado, no ha tenido un minuto de descanso.

Roger Ballen, la persona, nos impresionó por su sencillez, sinceridad y magnetismo. Como profesional, nos demostró que es sin duda un trabajador incansable.

 

      Texto y entrevista: Beatriz Acinas Villanueva

      Fotografías:  Ricardo Garrido

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