Vicente Nieto Canedo

Socio decano de la Real Sociedad Fotográfica

Vicente Nieto Canedo, nace en 1913 en Ponferrada, provincia de León.

“A los 15 años compré en los almacenes Sepu de Madrid, una cámara Kodak Baby Brownie de 13 ptas, cuyo visor era un recuadro de hojalata, sin tener la más remota idea de lo que era un trípode o saber lo que era una ampliadora. Pero ya mucho antes, de jovencito, en la plaza de la Encina, 14 en el estanco de mi padre, hacíamos “pinitos” con los recortes de las películas que desechaban del cinematógrafo, revelando al sol en los trozos de papel sensible que conseguíamos por muy pocos céntimos; negativos que se nos borraban de inmediato a la luz, si no fuera porque alguien nos observase un día y nos indicara que metiéramos lo revelado en agua de sal..

(…) En Madrid revelaba mis fotos en la “Casa del Aficionado”, en la calle del Carmen y mi mayor interés no era otro que el de dar con alguna sociedad fotográfica donde aprender más respecto a esta inquietud, pero en los años cincuenta no aparecía en la guía telefónica ningún centro de esta índole. Ingresé en la Real Sociedad Fotográfica en el mes de Marzo de 1955. Por un primer accésit que obtuve en el Primer Concurso de Noveles, me premiaron con un año en la Sociedad, sin pagar cuota alguna. Ese fue el “veneno” que aún me dura después de más de cincuenta años.

En los años 56/57 y en la primera Junta General, fui nombrado responsable de la publicación del Boletín durante los seis años que duró la directiva. Mi colaboración en las diferentes secciones fue cubierta bajo cinco o seis seudónimos. En las numerables excursiones mensuales organizadas por los socios a los pueblos, se fue gestando un movimiento fotográfico que dio a luz la Escuela de Madrid. El catálogo editado por el Ministerio de Cultura da fe de los más de veinte autores que fuimos protagonistas de aquella experiencia”.

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Considero mi pequeña obra fotográfica como un testimonio fehaciente de una época ya lejana, pero auténtica, si bien se mezclan en ella, como es natural, otras imágenes intemporales.

¿Cómo veo mis fotografías?

Con cierta emoción y cariño, rememorando aquellos instantes deliciosos (o no tal deliciosos) pero siempre interesantes de poder efectuar el disparo o los disparos definitivos para captar la imagen deseada.

¿Temas?

Todos aquellos, accesibles a mi capacidad perceptiva: Paisajes, retratos, labores, siluetas, niños… Todo aquello que, de alguna manera, llamara mi atención.

Los niños, por ejemplo, es un motivo constante e indispensable. Los contraluces nos “pueden”, con sus contrastes, así como las tomas verticales en ambos sentidos (Picado y contrapicado); la cuestión es saber hacerlo. En Resumen: En la vida, todo es fotografía. El problema está en saber “traducirlo”.

Vicente Nieto Canedo

Date

30 agosto, 2017

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Destacados